La marca chilena que hace rato conseguís embotellada en el super acaba de desembarcar en la Patagonia con un bar-restaurante-fábrica de cerveza. Agendalo como un must de tu próximo viaje.

Seguramente tenés ubicadas sus botellas, favoritas de la góndola del supermercado si lo que buscás es cerveza artesanal. Sus tradicionales variedades Torobayo (roja) y Gran Torobayo (su hermana más fuerte, con un dejo de sabor ahumado) aparecen, infaltables, en las listas de rarezas si hablamos de estilos que salen de lo común y de alternativas a las marcas conocidas.

¿De dónde vienen estas coquetas botellas con simpático cierre swingtop? Cerveza Kunstmann es una marca chilena con sede en Valdivia, que elabora sus cervezas con las aguas puras de la zona. Ahora, su infraestructura de calidad acaba de cruzar la Cordillera y comienza a elaborar en Bariloche 5 de sus 12 variedades en un nuevo brewpub y restaurante sobre la Avenida Bustillo. La Torobayo, la Anwandter, la Bock, la Gran Torobayo y una Lager sin filtrar ya se consiguen tiradas en la ciudad rionegrina.

El lugar, de estética y tradición alemana, tiene capacidad para 200 cubiertos y cuenta con un Museo de la Cerveza en el primer piso donde se puede comprender fácilmente el complejo proceso de elaboración que se lleva a cabo en la planta baja. Los estilos, una vez listos, se distribuyen hacia los barriles de expendio de la barra atravesando todo el salón, en cañerías especialmente diseñadas para tal fin.


Las variedades de cerveza que se pueden pedir allí y se sirven directo del barril son la Torobayo (nuestra favorita), una Ale de cuerpo equilibrado que marida muy bien con la Tabla Patagónica, que incluye los más típicos ahumados de la zona: trucha, ciervo, jabalí y salmón, además de patés y quesos ($220).

La Anwandter, una rubia dorada tipo Lager, va muy bien con el Gran Picadillo Kunstmann, con lomo Kassier, pechito de cerdo asado, carne de res y ave, ciruela con panceta y papas fritas, entre otros ingredientes (para dos, $190).

La Gran Torobayo, de color ámbar rojizo oscuro, elaborada con levaduras Ale y lúpulo importado del sur de Alemania, acompaña muy bien las Bolitas de Torobayo por su carácter agridulce: son albondigas de carne con un toque de ciruela, horneadas y en salsa de queso ($95), y también con las chuletas de cerdo rellenas con queso crema y parmesano, salsa de cerveza y mostaza ($140), que aparece entre los principales.

La Bock, su variedad negra color café oscuro, la favorita de Armin Kunstmann, el creador de la marca, es bien recomendable para la hora del postre. Se lleva bárbaro con cualquiera de las opciones de la carta, como el tradicional strudel de manzana ($45) o la tarta de frambuesas ($45; imperdonable pasar por Bariloche y no comer frambuesas).

A su vez, en el brewpub también se puede probar una variedad que aún no se consigue embotellada en la Argentina: la Lager sin filtrar, recomendada para acompañar con alguno de los sándwiches. Puede ser el Salmón Slice (con láminas de salmón ahumado y salsa de queso de crema, lechuga, sésamo, tomate, rúcula y juliana de pimientos asados, $75) o el más germánico Churrasco Kunstmann (con palta, tomate, chucrut, panceta y mayonesa casera, a $80).


Otra variedad que se consigue sin filtar, solo aquí, es la Torobayo, con mucho más cuerpo y notablemente más espesa: vale la pena probarla y saborear sus diferencias para elegir tu favorita. Todas las cervezas se sirven en chopp, 1/2 pinta, pinta o jarra, y cuestan entre $35 y $130 según el tamaño. Agendalo como un must de tu próximo viaje a la Patagonia.

Kunstmann Brewpub queda en Av. Bustillo Km 7.8, Bariloche.

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Fuente: Planeta Joy.